Nuestras vidas están determinadas a cada momento por nuestro estado
emocional, es decir, por “cómo nos sentimos”. El problema es que
nuestros hijos viven en un constante sube y baja emocional, controlados
por sus propias emociones, reaccionando a éstas en formas que no los
ayudan a lograr sus objetivos.
Pero, ¿qué son las emociones y cómo se originan?
Simplificando, podríamos decir que una emoción es la respuesta de una
persona ante un evento determinado. Lo interesante es que nuestro
estado emocional va a estar determinado, no por el evento, sino por el
“significado” que le demos a ese evento. Por lo tanto, podemos decir que
nuestro estado emocional puede ser modificado en la medida que modifiquemos el significado que le damos a un evento determinado.
He aquí la importancia de guiar a nuestros hijos a cómo controlar sus
emociones, ya que la forma en que ellos interpreten y reaccionen a los
eventos que les ocurran, influirá directamente en sus resultados y por
consiguiente en su felicidad.
Veamos….
A todos los eventos o hechos que nuestros hijos enfrentan en sus
vidas deben -quieran o no- asignarles un significado y como resultado
de este proceso van a generar un una emoción que puede ser positiva o
negativa. Lo interesante es que hay infinitos significados que podemos
darle a un mismo hecho y por lo tanto somos nosotros los destinados a
elegir.
El poder de ELEGIR depende de mí y por lo tanto me da la posibilidad
de controlarlo de la forma que yo quiera, es un poder que siempre hemos
tenido pero que raramente ocupamos en nuestro beneficio.
Veamos un ejemplo…
Un estudiante obtiene una mala nota en Lenguaje, a pesar de haber estudiado (este es el hecho).
Ante esta situación hay varias formas de responder, pero la mayoría de
los estudiantes interpretan este hecho de la siguiente forma: “¡No soy
capaz!, no puedo, qué sentido tiene que estudie” (significado). El resultado es un estado emocional
negativo dando como resultado: niño desmotivado que probablemente no
haga un esfuerzo mayor y los resultados sigan siendo iguales o peores.
Por el contrario, el mismo estudiante podría haber reaccionado de la
siguiente forma: “quizás no estudié lo suficiente, para la próxima
prueba voy a estudiar mejor” (significado). Este alumno interpretó el evento de forma positiva generando un estado anímico positivo;
como resultado lo más probable es que tome acciones y cambie su
estrategia para obtener un resultado mejor. En este caso un evento que
potencialmente era negativo se transformó en uno positivo simplemente
por su ELECCIÓN.
¡Wow! ¿Se imaginan si uno pudiera interpretar todos los eventos que
nos ocurrieran, buenos y malos en nuestro beneficio? Bueno, es posible y
es un hábito que se relaciona directamente con la felicidad de una
persona.
Aquí tienen algunos consejos simples y prácticos para que puedan
ayudar a sus hijos y a ustedes mismos a controlar sus emociones.
1.- Enseñarles a reaccionar frente a situaciones adversas:
la principal forma de enseñar estas habilidades es a través del
ejemplo. Nuestros hijos aprenderán a reaccionar en gran parte imitando
las reacciones de los adultos con que se criaron. Por ejemplo, la forma
en que reaccionamos a un temblor, si nosotros los padres salimos
corriendo ante cualquier mínimo movimiento de tierra, lo que estamos
haciendo es enseñándole a nuestros hijos a reaccionar emocionalmente de
esa forma a ese evento. Eso mismo se va reflejar en cualquier situación
de emergencia, grande o pequeña, que puedan enfrentar en sus vidas.
2.- Enseñarles a aprender de sus errores para mejorar:
celebremos los errores y busquemos la solución, es fundamental que
recalquemos a nuestros hijos que los errores no tienen nada de malo, es
simplemente la única forma de aprender. ¡Si los grandes personajes se
equivocaron miles de veces antes de obtener los resultados deseados!
¿Por qué a nosotros debería molestarnos? No tenemos que reaccionar de
manera negativa, sino que preguntarnos ¿En qué puedo mejorar la próxima
vez?
3.- Mantenerlos enfocados en sus objetivos: ante
cualquier hecho lo importante es preguntarse, ¿de qué forma puedo
interpretar este evento para acercarme a mis objetivos? De esta forma
siempre encontraremos en algo potencialmente negativo la energía
positiva para seguir en la búsqueda de mis objetivos. No se trata de
mentirnos, sino simplemente de ser productivos.
4.- Enseñarles a reinterpretar los hechos negativos:
todo puede ser interpretado de distinta forma, y para eso la mejor
herramienta son las palabras. Si estoy con gripe es mejor decir “estoy
sanando” que “estoy enfermo”. Antes de decir “¡eres un looser!”,
deberíamos decir “¡eres un winner en práctica!” Puede parecer divertido
pero realmente hace la diferencia, las palabras son el medio a través
del cual intentamos darle forma a nuestra realidad. ¡Ojo con lo que
decimos!
5.- Buscar lo positivo en todo: Simplemente una
forma de vivir, si uno se lo pregunta, siempre va a encontrar un aspecto
positivo en todo, es simplemente práctica.