¿Qué es motivar? Según la definición de la Real Academia de la Lengua es “Ensayo mental preparatorio de una acción para animar o animarse a ejecutarla con interés y diligencia.” Es decir, lograr que alguien decida hacer algo y que además lo haga con ganas. Por eso, si queremos motivar a alguien, primero tenemos que entender cómo toman decisiones las personas, qué motiva a una persona a hacer algo y que no. Hay dos principales fuerzas que definen nuestra forma de actuar y estas son el placer y el dolor. Todas las decisiones que tomamos tienen como objetivo en primer lugar alejarse de lo que nos cause dolor y en segundo lugar acercarse o repetir lo que nos cause placer. A lo largo de la vida vamos teniendo experiencias y asociando dolor o placer a cada una de ellas, generando asociaciones positivas o negativas. En el futuro nos alejaremos de lo negativo y nos acercaremos a lo positivo. Por ejemplo, si nuestros hijos tienen problemas con el colegio o algún ramo es porque asocian dolor con el estudio, los profesores o el entorno que el colegio les genera. Por el contrario, si a un niño le va bien en el colegio, es porque asocia cosas positivas con el entorno, el estudio, los logros y el aprendizaje. Estas asociaciones se han construido durante los años y los padres, aunque no los únicos, somos los principales responsables de las mismas. En la práctica, los padres podemos influenciar el entorno de nuestros hijos para que no asocien dolor con el aprendizaje y tener como fin último que asocien placer por el mismo. Por esto mismo debemos evitar motivar a través del dolor con retos, castigos y gritos y buscar otras formas mucho más efectivas en el largo plazo. Aquí les doy algunas de mis recomendaciones para motivar a nuestros hijos: 1.- Utilizar la diplomacia y no la fuerza bruta: Evitar que la vuelta a clases sea una experiencia traumática. Por ejemplo la levantada en la mañana, que desde el primer día no sea una pelea constante, ya que lo único que hará el niño es asociar cosas negativas con la experiencia de levantarse para ir al colegio. Lo mismo con todos los temas relacionados a la vuelta a clases. 2.- Volver gradualmente a ciertos hábitos: Como el sueño y la alimentación. No cambiar todo radicalmente de un día para otro sino que hacerlo de manera paulatina para que el joven no sienta que el colegio está relacionado con comer cosas que no le gustan o acostarse temprano. 3.- Fijar objetivos: Sentarse con ellos y establecer objetivos. Cuáles serán sus objetivos académicos y personales para el semestre y para el año. Lo ideal es que se fijen objetivos a corto, mediano y largo plazo. Es importante que sean los objetivos de ellos y no los nuestros. Lo que buscamos es que asocien elementos que a ellos los motivan con el aprendizaje, así le damos un sentido a los estudios. 4.- Fijar acuerdos desde el principio: Esto evita tener problemas diarios ya que acordamos previamente cómo vamos a funcionar durante la época escolar. Se trata de negociar no de imponer. Dentro de los temas a negociar están, horas al computador, tipos de colación, hora de levantarse y desayunar, etc. Por ejemplo en relación al computador podemos acordar que pueden estar máximo una hora al día en el computador siempre y cuando hayan estudiado al menos una hora ese día. Indirectamente estamos asociando el estudio con la posibilidad de hacer algo que a ellos les gusta. 5.- Fijar actividades extraprogramáticas: Lo ideal es que nuestros hijos tengan una actividad relacionada con deporte y otra que tenga que ver con la práctica de algún instrumento musical o cualquier otra arte, ambas actividades ayudan a incrementar el nivel de energía y tienen efectos positivos en sus capacidades intelectuales. 6.- Dar el ejemplo: Por supuesto que lo más importante es que nos vean a nosotros motivados con los desafíos del nuevo año. Contarles de todos los desafíos que tenemos en lo físico, intelectual, material y espiritual, y cómo estamos dispuestos a mejorar, sólo puede tener un efecto, y es que ellos también querrán hacer lo mismo en sus vidas. ¡Vamos que se puede! |
Escrito por Pablo Menichetti |
Jueves, 01 de Marzo de 2012 |